Leer con niños y niñas en edad preescolar

Corren, saltan, trepan, suben, bajan…
¿Cómo hacer para que quieran sentarse a que les leamos un libro?

En primer lugar debemos recordar que no estamos compitiendo ni con la tablet ni con la plaza. Las historias, que gustan de vivir en los libros, tienen su propia magia y por lo tanto sus propios momentos de disfrute.

No se trata de “apagá eso, dejá de hacer aquello, sentate que te leo” sino más bien de “¿qué tal si, después de que termines de hacer eso que estás disfrutando, leemos este cuento (que también vas a disfrutar)?”

Es importante no desanimarnos ante el primer “¡me aburro!” (o ante el segundo o el tercero). A veces no es el día ni el momento; a veces ese libro hoy no les gusta (y mañana sí). ¿Acaso nosotras siempre siempre queremos sentarnos a leer?

Cada familia tiene sus propios ritmos y rutinas; quizás algunas elijan leer un libro todas las noches, otras alguna tarde del fin de semana… No hay un cronograma ni números de libros leídos por mes que cumplir. Hacer de la lectura una obligación es la mejor forma de alejarla de nuestras vidas.

Tener los libros en un lugar accesible, bien a la vista, es una buena manera de interesarlos. ¡No hace falta gastar en muebles! A veces, con apoyarlos arriba de una mesa “distraídamente” es más que suficiente para despertar su curiosidad.

En Bigote de Gato recomendamos elegir un libro que realmente capte su atención (y no sólo la nuestra). En nuestro post “Libros recomendados para niños y niñas entre los 3 y los 5 años” (que podés ver aquí ) podrás leer una serie de tips que te van a ayudar a elegir un libro que se adecue a esta franja de edad.

Dicho todo esto, pensamos que lo MÁS IMPORTANTE para fomentar el hábito de la lectura desde pequeños, es que al leerles un libro (el que sea) estemos nosotras también disfrutando de ese momento. Es difícil transmitir una emoción que no tenemos (es imposible, en realidad) y si el libro nos parece aburrido, o ese día no tenemos ganas de hacer voces ni entonaciones ni de explicar veinte veces qué quiere decir tal palabra, bueno, no lo hagamos.

Siempre habrá otro día para el encuentro entre un libro y sus ojos curiosos y oídos atentos.