Juli no quiere ir al baño

A QUÉ SE DEBE TANTO ESCÁNDALO

-¿Y si es grande como de elefante? -¡No dejes que eso te espante!-

Juli no quiere ir al baño

(Advertencia: este texto contiene la palabra "caca" unas cuantas veces. Más precisamente, diez veces).

Estás muy feliz. ¡Tu criaturita está dejando los pañales! Todo va tan bien. Mhmmm, demasiado bien tal vez. Tenés esa sensación de que algo debería preocuparte y no sabes muy bien qué. De pronto, una parte de tu cerebro comienza a hacer cuentas. ¿Hace cuantos días que la pequeña o el pequeño "no hace caca"? ¿Dos, tres? ¿Quizás más? Y mientras fruncís el ceño y entrecerrás los ojos como si estuvieras haciendo cálculos de física cuántica, la personita en cuestión comienza el famoso baile "¡ay que me hago!".

-¡Vamos al baño Pimpollín!- decís (un poco gritás) tal vez con demasiada emoción, porque enganchaste el momento justo para implementar la pedagogía del inodoro y la caca.

Y del otro lado, un claro y contundente "¡no quierooo!". Una respuesta que deberías haber imaginado, porque es la que tienen para todo. Son expertos en optimizar el idioma.

-Dale ¿si? Vamos a la pelela/inodoro/cosa futurista que compré con luces y música y me salio carísima...¡por favor!-

Pero el querubín no acusa recibo y el baile "ay que me hago" se transforma en la danza "de acá no se va ninguna caca".

Sorprendentemente, nada sale.

Pero vos sabes muy bien que ahí hay algo que SE VA A HACER CADA VEZ MÁS GRANDE  y tiene que salir ya.

Mientras que algunos niños ni se dan por enterados que acaban de "hacer aquello" (CACA), otros no sólo son excesivamente conscientes del proceso, sino que además les da mucho, muchísimo temor. ¿Por qué?

El miedo a hacer caca es muy común entre los 2 y los 4 años de edad, y forma parte normal de su crecimiento (aunque nos parezca todo lo contrario). A veces es rechazo a "perder una parte de ellos", otras veces a que "la caca los lastime" (ese temor se hace bastante real si la resistencia genera constipación) e incluso puede ser simplemente asco a eso marrón y maloliente. Tal vez si viniera en otros colores y aromas... quién sabe.

La buena noticia: todas las niñas y niños, en algún momento, pierden este temor y la vida recobra sus cauces normales.

La mala noticia: esto a veces puede durar unas cuantas semanas.

¡A no desesperar! Existen muchas formas de lograr que este proceso sea lo más llevadero posible. En primer lugar, aceptar que tengan miedo y no subestimarlo. Es algo normal y estamos para acompañarlos; negar lo que sienten con un "es una pavada eso" difícilmente ayude.

En segundo lugar, intentar no perseguirlos todo el tiempo con este tema. Preguntarles a cada rato "¿querés hacer caca te estas haciendo caca vamos al baño?" no parece la mejor opción. En cambio, decirles que cuando tengan ganas de ir al baño, nos lo pueden decir, baja la presión sobre el tema sin desentendernos de él.

Y en tercer lugar, la parte más difícil. Tanto para nuestros retoños como para mamás y papás. Aquí cada uno conoce a la niñita o niñito en cuestión y sabe cuál es la manera de hacerles menos difícil el "mal momento". En nuestro caso, hemos pasado hasta casi hora y media tomadas de la mano (una en el borde de la bañadera, la otra sentada en la pelela) jugando, cantando, inventando historias...y un poquito sufriendo juntas también.  ¡Pero todo pasa! Y esto no es una excepción. Finalmente llega el momento de los muchos festejos y admiraciones al producto del esfuerzo, un "adiós señora caca, saludos a sus amigas cacas", y el alivio (de adultos y pequeños).  (En este link tenés láminas imprimibles para pintar que pueden serte de ayuda)

HABLANDO DE HISTORIAS

Cuando en casa tuvimos este mismo problema, nos la pasamos varias horas juntas en el baño intentando resolverlo, como conté más arriba. Y además de contracturas y piernas dormidas (las mías, claro está) surgió una historia. Y de esa historia nació un cuento: "Juli no quiere ir al baño" (sí, ya sé, ¿es que no hay metáforas ya? A mi favor, el titulo es clarísimo).

En "Juli no quiere ir al baño", vemos a nuestra pequeña amiga enfrentarse a ese miedo tan común y tan pero tan incómodo. ¿Será la caca una cosa peligrosa? ¿No sera mejor idea no dejarla salir?

Son preguntas que ella se hace y que debe responder. Por suerte no está sola en su aventura, y tanto su mamá como su inseparable amigo Canguro la ayudarán a enfrentar tan escatológico desafío.

En caso de que quieras tener el libro en tus manos, debemos advertirte que  viene acompañado de alguno de sus personajes (el que vos elijas) a todo color hechos en tela y vellón...¡y un montón de stickers!

Una vez que están en tus manos ¡es imposible dejar de abrazarlos!

Hecha la advertencia, podés comprarlos online y recibirlos en tu casa por AQUÍ !

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