Juli no viaja en pulpo

DESDE EL OTRO LADO DE LA HISTORIA

-A este monstruo para el sofoco, Mamá (aunque te asombre) ¡sillita le ha puesto por nombre!-

juli no viaja en pulpo

Estás a las corridas. Tenés los minutos contados para llegar a la escuela/la pediatra/un cumpleaños...da igual; siempre hay un lugar a dónde llegar tarde. Abrís la puerta de atrás del auto y ponés tu mejor cara de "va a estar todo bien", para no anticipar lo que sabés que de todas formas va a pasar. Tomas a tu hermosa criaturita de los brazos, procedes a sentarla sobre la silla de seguridad del auto y antes de que una partícula de su ser toque la funda del asiento, comienza a arquearse y retorcerse mientras a cien metros a la redonda se escucha un "¡nooooo!".

Luego de una lucha desigual (¿quién podría imaginar que un cuerpecito de menos de 15 kilos pudiera poseer tanta fuerza?) caras empapadas de transpiración y lágrimas, y con los cinturones de seguridad abrochados entre nervios y maldiciones, comienza el viaje.

¡Y qué viaje! Llantos y gritos desesperados y desesperantes.  Intentos fracasados de extorsiones con peluches, golosinas y cheques en blanco. ¿Ganas de parar el auto, bajar y volver caminando? Muchas. ¿Sentirte en falta aún sabiendo que en realidad estas haciendo lo correcto? ¡Claro que sí! ¿Bruxismo para que el malestar siga horas después de que esto termine? Por supuesto. ¡Si este viaje es all inclusive!

Mil horas después (porque así se sienten aunque el recorrido haya durado treinta minutos) con la ropa desacomodada, los pelos revueltos y una dosis importante de malhumor, llegan a donde fuera que tuvieran que ir. Y llegan tarde.

¡Todo por ese capricho de no querer sentarse en la sillita de seguridad del auto!

SIN EMBARGO, AHÍ TE SENTARÁS

Tal vez, si existiera un traductor de planteos intensos (popularmente conocidos como "berrinches") podríamos escuchar algo así como:

"¡Claro que me gusta viajar en auto! Pero ¿se dan cuenta de que quieren que me siente en un aparato horrible? Ese pedazo de plástico oscuro y aburrido que llaman "sillita". Si fuera realmente "qué linda mirá la sillita para vos es especiaallll", como tanto dicen, ¿por qué no la usan ustedes? Pero no. Ustedes los grandes se sientan en esos asientos gigantes y no tienen la espalda pegada al respaldo como con una sopapa. Pueden mover las piernas para cualquier lado (aunque nunca lo hacen, la verdad no los entiendo) porque no tienen unos tentáculos de tela horribles atándolos. Ustedes van cómodos y libres y pretenden que yo me quede atada por propia voluntad a esa cosa monstruosa. Y que encima vaya feliz cantando como una perdiz. ¡Jamás!

Se la pasan diciéndome "es para tu seguridad". Yo no sé qué cosa es eso de "seguridad", pero dadas las condiciones impuestas, debe ser algo espantoso. Escúchenme bien:  YO AHÍ NO ME SIENTO".

Parecen posiciones irreconciliables. Tenemos bien claro que el uso de la silla de seguridad infantil para autos no es algo que se negocie; nuestros retoños no entenderán del todo qué significa "seguridad", pero como "personas a cargo" lo sabemos muy bien. "Te vas a sentar ahí, quieras o no" es algo que habremos dicho más de una vez.

¿Existirá alguna manera de hacer que los viajes en auto dejen de ser un calvario?

Bueno, debe haber más de una forma (¡se aceptan consejos e ideas!).

Por lo pronto, a nosotras se nos ocurrió escribir e ilustrar una historia llamada Juli no viaja en pulpo, donde una pequeña niña se siente horrorizada ante la sola idea de sentarse en la silla de seguridad del auto. Mientras a los ojos de su mamá, eso no es más que una simple y anodina "sillita", nuestra amiga tiene la certeza de estar frente a un horrible pulpo tentaculoso. Seamos sinceras ¿quién querría viajar en esas condiciones? Pero Juli, aunque llena de miedo, no deja de ser una niña valiente. Y con muchas ganas de llegar al parque.

En caso de que quieras tener el libro en formato electrónico, debemos advertirte que cada cuento viene acompañado de alguno de sus personajes (el que vos elijas) a todo color hechos en tela y vellón...

Una vez que están en tus manos ¡es imposible dejar de abrazarlos!

Hecha la advertencia, podés comprarlos online y recibirlos en tu casa por AQUÍ !

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